Alguien dijo que no creo en el amor, y ¿sabes algo? tuvo razón. Eso es sinónimo de: Te conocí. Está bien, nunca creí en el amor. Pero creía en las personas, sí. Así está bien dicho, creìa en las personas. Ahora solamente creo en mí, sé que nunca voy a fallarme, sé que no voy a enamorame para después llorar por ahí (ah, por cierto, nunca me enamorè). No, gracias. Yo creo en mí. Te agradezco, agradezco que te hayas alejado, que te hayas llevado toda esa mierda que una vez trajiste con vos. Supongo que por ahí andarás, buscando estúpidas que matar. Gracioso ¿no?, conmigo no pudiste y te fuiste. No lo intentaste una vez màs, está bien de todas maneras no lo ibas a lograr. De todas formas, yo sigo acá, y no como en los cuentos, no sigo esperandote. Estoy acá, mucho más alto que vos, y te miro desde arriba, te miro caer, y me río. Me alegra verte bien, wow cuán sarcástica puedo ser. Pero me alegra, en fin. Deberías pedirme ayuda, despuès de todo sabes que te quiero, sí amor te quiero. Siempre supiste que los pobres perdedores me conmovìan el corazón. Bien, no lo dudes, eres uno de ellos.
Es gracioso, todo lo que vivimos de algo me sirviò, por supuesto. Resulta que siempre escribo acerca de vos, acerca de mí, de nosotros. Me gusta nuestra historia, es un poco irónica, pero me gusta. Me gusta, porque me gustabas. Está bien, eso es mentira. No sé muy bien porque, pero yo escribo. Y nunca dije tu nombre, por si acaso sientes ganas de llorar. Pero cuando edite mi libro, este libro, este rejunte de memorias, pondre en la tapa : A mi Querido (tu dulce nombre), quién me inspiró a escribir todo esto. Y no con mucho amor, porque eso se esfumó hace tiempo. Quizá con mucho cariño sí, porque enserio: Te quiero.
Ahora bien, me voy a ir por ahí a seguir pesando estupideces, porque eso es lo que hago a menudo.