Algo lindo les voy a contar!
Recién mamá me mando a comprar, muy contenta (si, claro) me dirigí al "quiosco de la esquina", llegué, deje pasar a un viejito, entré, compré y pagué (por supuesto). Cuando salí el viejito, sorpresivamente, recien estaba llegando a la vereda de enfrente (es decir, mi pobre tortuga le hubiese ganado), le saque un poco de ventaja y me dirigía a mi casa, cuando de pronto! dos hermosas critaturas (niños por cierto) se cruzaron en mi camino, uno de ellos me observó, le sonreí y dijo: Una linda señora!
Ahora bien, si con mis dulces 15 años soy una señora, entonces pobre el viejito que estuvo 15 minutos para cruzar una calle.
Si, me deprimí.
Hace 1 mes